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Canciones dedicadas a Tarija

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Destinos turisticos ruinas arqueológicas El Antigal o Tullku Marka

Ubicado a una distancia de 65 Km de la ciudad de Tarija, se pueden encontrar ruinas arqueológicas de antiguas civilizaciones que habitaron en la zona.

ARTHUR POSNANSKY Y “EL ANTIGAL”

Escrito por Jannett Ortega Nov 24, 2013

Publicado en Cántaro

Mario E. Barragán V.

Arthur Posnansky, el eminente arqueólogo polaco que estudió y difundió las enormemente significativas ruinas de Tiahuanacu, visitó Tarija en 1941 para realizar estudios en varios de los sitios arqueológicos que se encuentran en nuestro territorio pero, principalmente, en lo que nosotros conocemos como ANTIGAL y Posnansky denomina como TULLKU-MARKA, nombre derivado posiblemente del de una de las abras que existen en las cercanías y que significaría “ciudad laberíntica”.

Las observaciones de Posnansky fueron presentadas en el XXVII Congreso Internacional de Americanistas que se reunió en Lima, Perú, en 1941 siendo publicadas en el Tomo I (pag. 183 – 190) de las Actas y Trabajos Científicos. Las observaciones de Posnansky son de gran importancia sobre todo porque son practicamente las únicas que se han publicado hasta la fecha respecto a este sitio arqueológico pese a que fueron muchos los arqueólogos que visitaron Tarija, algo que resulta sumamente curioso debido a que no es posible desconocer su importancia. Esta ha sido la razón por la cual la SOCIEDAD DE ETNOGRAFIA E HISTORIA de Tarija (SOETHIS) hubiera pedido su reproducción in extenso en Cántaro junto con los diez grabados que la acompañan, esperando que sea un incentivo para continuar estudios sobre ruinas de semejante magnitud.

EL HOMBRE PREHISTORICO DE TARIJA Y LAS MANIFESTACIONES DE SU CULTURA MATERIAL

LA CIUDAD DE TULLKU-MARKA

Por el Prof. Ing. ARTHUR POSNANSKY

Instituto Tiahuanacu. La Paz – Bolivia

Hace varios años, circulaban ya noticias indicando que en el clásico país de los fósiles, - Tarija –en el sur de Bolivia, existían grandes poblaciones de remotísima edad. Y también hace años que los hermanos Echazú encontraron en las mismas capas de arcilla en que se hallan el Mylodón, la Auchenia, el Euquus, Canis y otras especies de animales extinguidos, restos humanos fósiles, los que actualmente se exhiben en el Museo Nacional de La Paz y cuyo estudio publiqué en la Antropología de las razas andinas. Durante la expedición que hace pocas semanas he realizado a Tarija, me fue posible comprobar la existencia de esas poblaciones semi-enterradas, encontrando una, de más o menos dos kilómetros de largo por uno de ancho.

Realicé allí cuarenta y dos sondajes, especialmente en las cámaras sepulcrales, sin encontrar restos humanos que me hubieran permitido valiosas observaciones relacionadas con la cuestión racial. Empero, tanto por el sitio elegido cuanto por la técnica de las construcciones, puedo afirmar que esa población fue levantada por “Proto-Kollas”. Los cadáveres, ya transformados ahora, en tierra amarilla negruzca, yacían en el fondo de las cámaras sepulcrales y solamente por casualidad pude hallar parte de un fémur e insignificantes restos de una mandíbula semifosilizada. Los atributos funerarios de sustancias orgánicas, se hallaban destruidos y solo se encontró fragmentos de cerámica muy rústica y potentes cachiporras de piedra. Estas cachiporras son de un tamaño nunca visto en las excavaciones realizadas en otros sitios prehistóricos de Bolivia y por su gran peso, -muy superior al de las descubiertas en el Altiplano-, inducen a presumir que fueron manejadas por hombres de muy desarrollada musculatura. Aquí sobre la mesa se hallan dos y una de Tiahuanacu, para comparación.

La población a que me refiero se halla formada por restos de casas, las más de las veces de tamaño reducido, que se agrupan alrededor de un patio en cuyo centro se halla casi siempre una piedra colocada verticalmente. No existen rastros de plaza ni de calles y parece que ese poblado fue algo así como el avecindamiento de una “Great Family” o, dicho sea en castellano, de un grupo consanguíneo. El hecho significaría el establecimiento de una sola familia que creció y, poco a poco, en el transcurso de los siglos, formó un verdadero pueblo. No se encuentra divisiones de Ayllus. Las casas primitivas tuvieron, según los indicios observados, techos de piedra formados por lozas o umbrales largos y las casas de épocas posteriores, probablemente techo de madera con paja y composiciones de “arcilla con paja” superpuesta: la “torta”. Las excavaciones practicadas en el interior de las habitaciones, revelan una cerámica fragmentada, sumamente rústica, como rústicos son también los objetos de piedra allí encontrados. Hay dos clases de cámaras sepulcrales. Las unas para varios miembros de una familia, -situadas en el patio de la casa-, y otras, los sepulcros solitarios para un solo cadáver, en el centro de grandes montículos de piedras, que se asemejan a las “apachetas” de los ensillados o a las “abras” de las serranías, las que forman los indios desde tiempos inmemoriales, aumentando el volumen del montículo con una piedra que depositan en cada viaje.

En Tullku-Marka, las construcciones son de piedra rústica de una forma sumamente primitiva. Los muros de las viviendas longitudinales, se hallan formados por piedras más o menos planas que fueron colocadas verticalmente en las caras interiores y exteriores, acuñadas entre sí con piedra menuda y en el interior, -entre cara externa e interna, - rellenados con piedras menudas y barro, formando un verdadero concreto. Los constructores emplearon a veces bloques bastante grandes, hasta un metro cúbico y aquellas viviendas son extraordinariamente sólidas, como si sus ocupantes hubiesen de defenderse de animales feroces y de tribus selváticas. Y en efecto, esa población se halla en un sitio estratégico por excelencia, o sea el pie del último contrafuerte Este de la Cordillera Real, donde ya comienza la tierra cálida o sea la región a la que frecuentemente incursionaban las feroces tribus chiriguanas y donde ya entonces principiaba el bosque bajo. Adelanto la hipótesis de que los constructores de Tullku-Marka fueron Kollas, (tal vez antecesores de las antiguas tribus de los Tomatas y Churumatas), que bajaron de la cercana altiplanicie por causas climáticas y atraídos por la abundancia de alimentos. Contribuye en gran manera a esta suposición la existencia de “andenes agrícolas”, similar a los construidos por los Kollas en otros diversos puntos, y que en Tullku-Marka se formaron, desmontando el bosque que llegaba hasta el abanico de eyección de una corriente fluvio-glacial que salía del último contrafuerte de la cordillera, sobre el cual también edificaron viviendas. Tan estratégico era el sitio del poblado, que en caso dado, sus habitantes podían huir en pocas horas al Altiplano, su país de origen. Los enormes bloques brutos con que edificaron viviendas, corrales y parapetos, se hallan sobre el mismo suelo del citado abanico de eyección, que es bifurcado por un río de agua cristalina y sus afluentes. Cada grupo de casas, es una verdadera fortaleza.

A juzgar por los corrales que aún pueden distinguirse entre la ruinas, los pobladores de Tullku-Marka, habían domesticado ya a la llama. Y sobre las terrazas agrícolas plantaron sin duda la patata y la oca y seguramente el maíz, ya que la región de Tarija, es quizá un centro genético de esta planta, de la que aún hoy existe más de un centenar de variedades.

A juzgar por el topónimo muy cercano de “Tullku-Marka”, como se llama el abra que desde el Altiplano conduce al lugar de las ruinas, el nombre de una considerable acumulación de viviendas ha debido ser también Tullku-Marka, que en lengua kolla significa: “Laberíntica ciudad”. Comparando esas ruinas con otras vetustas manifestaciones de la cultura material del hombre en el antiguo Alto Perú, juzgo que Tullku-Marka sea quizá una de las más antiguas viviendas, construidas en forma urbana, de los prehistóricos pobladores de la América del Sur. Pretendo hacer dentro de pocos días, nuevos estudios y excavaciones al respecto, y por eso, esta comunicación sólo tiene el carácter de previo.

Fig. 1.- Al pié de uno de los últimos contrafuertes de la cordillera de Tarija, hallase un abanico de eyección fluvio-glacial, sobre el cual están las ruinas de Tullku-Marka (topónimo aymara que significa “laberíntica ciudad”). En la parte superior se halla el abra de Tullku-Marka, que conduce al Altiplano.

Fig. 2.- Sobre el abanico de eyección, donde acaban las edificaciones, comienzan los restos de los “Andenes agrícolas”, típicas construcciones de los Kollas.

Fig. 3.- Uno de los restos de las construcciones más rústicas, que lejanamente se parecen a los “Kalasasayas” de los Kollas.

Fig. 4. Una de las típicas viviendas de Tullku-Marka, que circundan un patio o corral, con un nicho incrustado en la pared.

Fig. 5.- Técnica de pared con engaste de piedras y lozas en bruto en una de las viviendas de Tullku-Marka.

Fig. 6.- En los patios de estas pequeñas estancias suele existir al centro una piedra parada cuyo objeto ignoramos (Tal vez una piedra para sacrificios, adoración o usos domésticos).

Fig. 7.- Técnica típica en la construcción de las paredes de Tullku-Marka (entre las losas externas e internas se halla un concreto de piedras menudas y barro apisonado).

Fig. 8.- Una cámara sepulcral colectiva en el subsuelo del patio de una de las pequeñas estancias. Al abrirlo, se nota que el esqueleto o esqueletos se han transformado en polvo negruzco. Todo lo orgánico había desaparecido y sólo hallóse útiles rústicos de piedra, cuyo peso es casi cinco veces mayor que el de idénticas piezas encontradas en Tiahuanacu.

Fig. 9.- Tumbas solitarias que se encuentran por debajo de grandes montones de piedra y que se asemejan a las “apachetas” que suelen hacer los indios en los pasos altos de las montañas.

Fig. 10.- Esquema de una de las pequeñas etancias de Tullku-Marka (Escala_ 1-100).

Fuente; https://www.elpaisonline.com/index.php/2013-01-15-14-16-26/cantaro/item/108320-arthur-posnansky-y-el-antigal



Destinos turisticos Rujero un lugar para conocer la prehistoria

Rujero, un lugar para conocer la prehistoria

En la comunidad Rujero, en el municipio de Uriondo (Tarija), se encuentran los fósiles de mamíferos de la época del pleistoceno, como gliptodontes (armadillos gigantes), megatheriums, (perezosos gigantes), cuvieronius tarijensis (similares a elefantes) y Macrauchenias (guanacu gigante). El lugar posee una riqueza paleontológica importante, para atractivo de los investigadores y de los turistas.

Foto periodico La Razón
Los restos fósiles se encuentran en Rujero, que está a 15 minutos del Valle de la Concepción (a 25 minutos de la ciudad de Tarija).

Un tour dura entre cuatro y cinco horas, y es recomendable realizarlo con empresas operadoras de turismo para tener el apoyo de guías.

La visita debe empezar por el Museo Nacional de Paleontología (Tarija) para tener una mejor interpretación de lo que hay en Rujero.

Destinos turisticos caida de un Ovni en Chorillos

En la comunidad de Guayabillas, allá cerca de la frontera con  Argentina, los visitantes experimentarán el reto de constatar si tiene algo de cierta la leyenda popular que atribuye a la caída de un objeto volador no identificado la formación de un cráter de 1.500 metros.

El cráter atribuido a un ovni en Chorrillos

En la comunidad de Guayabillas (Tarija), frontera con Argentina, cayó en mayo de 1978 un objeto volador no identificado que —según cuentan los lugareños— destruyó parte de un cerro en Chorrillos. Dicen que este incidente fue el que originó el cráter de 1.500 metros de longitud, 800 de ancho y unos 50 de profundidad, y que atrajo a expertos de la NASA, quienes se habrían llevado los restos del ovni.

Foto periodico La Razón
Chorrillos se encuentra a unos 4 a 5 km de la población de Guayabillas y está a 20 km de la frontera con la República Argentina.

La comunidad de Guayabillas está a 68 km de la capital, Tarija, en el municipio de Padcaya, donde se puede pernoctar.

Llegar al sector es complicado por lo accidentado del lugar y debe ser con auto propio. Más datos en la Alcaldía de Padcaya

La caída de un ovni, meteorito, satelite o misil en Tarija ( A décadas de un extraño suceso) Escrito por Jannett Ortega May 22, 2016

Publicado en Cántaro Omar J. Garay Casal

Hacen exactamente 38 años que en Tarija sucedió algo extraño, sobre el que especuló la prensa local, nacional e internacional, se escribieron libros, revistas y se editaron programas televisivos; a pesar de lo cual hoy existen más dudas que certidumbres. Se trata de la caída de un objeto no identificado, en territorio tarijeño, a las 4.15 aproximadamente del día 6 de mayo de 1978.

Las dudas surgieron desde el mismo día del hecho, relativas no sólo al tipo de objeto que cayó, sino también respecto al lugar exacto donde impactó y sus consecuencias, como se demuestra en publicaciones de la época y uno que otro reporte televisivo que como por arte de magia ahora se encuentran archivados y olvidados. Que cayó el 6 de mayo de 1978 en Tarija y donde? ¿Fue un misil, un meteorito, un ovni o un satélite? ¿Fué en el cerro El Zaire? La Mamora? o en Mecoya? El viernes 19 de mayo de 1978, el periódico “La Verdad” de circulación local, publicaba una nota bajo el título “Especulación en el exterior en torno a la caída de un platillo volador” donde entre otros aspectos mencionaba “Ayer en la mañana, el periódico El Tribuno de Salta dio la información que dos expertos de la Administración Aeroespacial (NASA) de los EE.UU. habían determinado que el extraño objeto caído en la zona fronteriza era un meteorito. Los expertos serían el Cnel. Simons y el My. John Hayden, ellos luego de permanecer 3 hs. en Tarija, retornaron a su país llevando algunas muestras de la masa mineral…”. En el mismo día y periódico, el Cnel. Julio Molina Comandante del Grupo Aéreo de Cobertura No. 1 ratificaba que “efectivamente visitaron Tarija, algunos oficiales de la Fuerza Aérea Americana quienes practicaban una gira por el país”, a pesar de lo cual desde un principio se pudo advertir demasiado hermetismo de las autoridades que hacían todo lo posible por echar tierra sobre el asunto.

Días después, el 3 de junio, “La Verdad” publicaba que el Dr. Orlando Bravo integrante de una Comisión Especial de la Facultad de Ciencias Exactas dependiente de la Universidad Autónoma Juan Misael Saracho informó “que viajó al lugar aunque cree que lo que cayó en la zona fue un misil, que al chocar a tierra se despedazó, los que fueron en varias direcciones. La comisión recorrió y reconoció El Zaire, Mecoya y La Mamora pero no dice más, tal vez porque efectivamente no vio más o porque se le pidió que guardara sus experiencias en reserva…debido al impacto en el cerro, hubo vibraciones que se sintieron en La Mamora y también en Padcaya y en territorio Argentino. Y que hay también un derrumbe en el cerro, que los investigadores no están muy seguros que sea reciente, puesto que han crecido plantas silvestres en su tierra”. Como se puede apreciar se habla de un impacto pero no se lo menciona claramente, la comisión duda que allí haya caído algo y también se especuló con que el objeto caído ya no era un meteorito o un ovni, sino un misil.

El 6 de junio el mismo periódico con el título “Reserva total o descuido en el caso del objeto caído en El Zaire” denunciaba “el silencio impuesto por las autoridades militares y porque las comisiones terrestres enviadas al lugar del hecho, curiosamente no se pronunciaron y volvieron sin enterarse de nada, alegando la peligrosidad de las contaminaciones o bien aleccionados para no revelar lo visto y observado”.

En el exterior el hecho fue tratado por diversos medios. En la Argentina, se ocuparon el diario “El Tribuno” de Salta, la revista bonaerense “Gente” y el Canal 9 de Buenos Aires; que en los días inmediatamente posteriores especularon con que “se trataba de la posible caída de un Ovni en nuestro territorio, que se habían hallado restos metálicos diseminados, que el ejército boliviano procedió a declarar zona militar el cerro y sus adyacencias y un infranqueable cordón de soldados cerraba el acceso de periodistas y curiosos”.

El primero en escribir seriamente respecto al tema, fue el investigador argentino Pedro Romaniuk, dedicado a la escritura de textos esotéricos y muy usados en el ámbito de la masonería. Es la más completa de todas las publicaciones efectuadas, donde se detallan una serie de circunstancias relativas a lugares, fechas, testigos bolivianos y muchos otros datos inherentes al caso, que sirvieron de base a todos los que después se dedicaron a investigar este suceso. Fue invitado especial del programa “Mónica Pregunta” del canal 9 de la capital argentina, que trató el caso de Tarija.

En Bolivia, el abogado Álvaro Murguía Becker escribió un libro bajo el título “No estamos solos”, en el que entre otros temas refiere el caso del ovni caído en el Zaire y en el que establece una especie de parangón entre lo ocurrido en Tarija el 6 de mayo de 1978 y lo ocurrido en Roswell EE.UU. allá por los años 40. Confirmando el arribo de personal militar estadounidense que en cuestión de horas se llevaron desde Tarija y de manera furtiva, restos del supuesto Ovni y sus ocupantes.

En televisión se grabó y editó la serie “Latinoamérica Historias Perdidas” difundida por el canal de cable Infinito, que consta de varios capítulos y el No. 3 se denomina “Como Borrar Evidencias”, dedicado al Caso Orán Tarija 1978. Documento en el que los testigos centrales son de Orán y Salta.

Asimismo el hecho fue presentado en congresos anuales sobre ovnis que se realizaban en la Argentina, con el agregado final que el mismo ocurrió en la frontera boliviano argentina, más propiamente en Tarija.

Lo real y definitivo es que el hecho sucedió en el Cerro “El Zaire” perteneciente al Departamento de Tarija, casi en el límite entre Bolivia y Argentina. Se lo calificó de descomunal por las circunstancias o características físicas, astronómicas o espaciales y por la repercusión local e internacional que alcanzó. Se trató de un objeto que se estrelló en el cerro El Zaire de aproximadamente 2000 a 2500 metros de altura, produciendo el desmoronamiento de una parte del mismo, lo que supone el movimiento de miles de toneladas de tierra y piedras y en el que era visible un agujero de más de 500 metros de diámetro por aproximadamente 1000 de largo; constituyendo en los anales de la ovnivologia como un hecho importantísimo por tratarse de la posible caída de un ovni envuelto en llamas, al que acompañaba otro objeto similar en su recorrido final y por las consecuencias destructivas que ocasionó al estrellarse.

Forma parte de un conjunto de grandes acontecimientos ocurridos en Sudamérica en periodos de tiempo relativamente cortos. En San Josecito, Provincia O’Connor, Tarija, sucedió un hecho similar del que resultaron varias personas muertas a consecuencia del desmoronamiento de un cerro el que aparte de suscitar el interés de la prensa los días subsiguientes, nunca más se volvió a tocar el tema. El del Cabo Valdés ocurrido en Chile muy cerca de la frontera boliviana en el que se produjo un encuentro de primer tipo y; el de una carrera automovilística internacional que recorría parte del territorio sureño de Chile y Argentina donde se produjo un encuentro entre el piloto y copiloto de un automóvil chileno y supuestos alienígenas

El del Zaire se trata de un hecho descomunal, respecto al que los tarijeños, siempre fuimos los menos interesados en investigar. ¿Acaso son las rutas del vino las únicas que podemos ofrecer? ¿No podría utilizarse el presente caso como una carnada para atraer turistas por ejemplo?¿No valdría la pena idearse una ruta que lleve visitantes por Emborozú, La Mamora y El Zaire? Es hora que las autoridades de estos lugares sean algo más imaginativas y pongan a trabajar sus molleras para explorar y explotar no solamente sus recursos físicos sino también otras posibilidades algo intangibles pero no por ello imposibles.

FUENTES: Periódico La verdad Tarija-Bolivia Mayo 19-V-78. 3 y 6 VI-78. Revista Gente Bs. As. Diario el Tribuno de Salta. Libro “No estamos solos”. Caso el Zaire Tarija-Bolivia 1978. Álvaro Munguía Santa Cruz-Bolivia 1996. Libro “Ciencia extraterrestre”. Pedro Romaniuk. Argentina. Serie “Latinoamérica Historias Perdidas”. Capítulo No. 3 denominado “Como Borrar Evidencias” y dedicado al Caso Orán Tarija 1978.

Fuete: https://www.elpaisonline.com/index.php/2013-01-15-14-16-26/cantaro/item/216350-la-caida-de-un-ovni-meteorito-satelite-o-misil-en-tarija-a-decadas-de-un-extrano-suceso


Fuente; https://www.youtube.com/watch?v=7ixdv3IdwPM

Destinos turisticos Valle de los condores

EL VALLE DE LOS CÓNDORES

El Valle de los Cóndores se encuentra en el Sur de Bolivia, prácticamente en contacto con la frontera Argentina, a unos 60 kilómetros al sur de la ciudad de Tarija, Provincia Arce, Departamento de Tarija. Para llegar allí, se tiene que pasar por la ciudad de Padcaya, colorido núcleo urbano que descansa al pie de los cerros.

Foto periodico La Razón
Colonia de cóndores en territorio chapaco

Una de las colonias de cóndores más grandes del mundo se encuentra en un santuario natural ubicado en territorio chapaco. Lo más sorprendente es el deslumbrante paisaje, pero además se pueden realizar actividades como montañismo, trekking y caminata. La meta es llegar a la cima del cerro donde se encuentra el albergue en el que están los cóndores, a 3.000 msnm. La recompensa: un regalo para la vista.

Está a 60 kilómetros de Tarija, entre el altiplano andino y la selva subtropical. Tiene una extensión de más de 25 kilómetros.

Para llegar se deben hacer dos escalas, primero se arriba al pueblo de Padcaya y luego a Rosilla. No olvide llevar una buena cámara.

Para llegar al lugar se puede tomar un taxi privado desde Bermejo y se tardará aproximadamente una hora en llegar.

Su página web es:

 http://zipansion.com/3wwDh

Destino Tarija - Valle de los Cóndores

VALLE DE LOS CONDORES

La denominada Cordillera del Pabellón, ubicada en el extremo Sur de Bolivia, en el Municipio de Padcaya, es un piso ecológico intermedio entre el Altiplano andino y la selva subtropical, el cual cuenta con una extensión de más de 25 kilómetros. En este hermoso lugar está el Valle de los Cóndores, un santuario natural donde se encuentra una de las colonias de cóndores más grandes del mundo.

Este paraje excepcional, a medio camino entre el Altiplano andino árido y la Amazonía exuberante, representa uno de los últimos santuarios donde se puede observar todavía esta ave de más de 3 metros de envergadura, verdadero símbolo de los Andes. Se estima que en el Valle de los Cóndores y las montañas que lo rodean viven unas 200 parejas, que encuentran en sus escarpadas paredes un refugio seguro, un lugar de vigía y, sobre todo, un excelente espacio donde anidar y alimentar a sus crías.

UBICACION

El Valle de los Cóndores se encuentra en el Sur de Bolivia, prácticamente en contacto con la frontera Argentina, a unos 60 kilómetros al sur de la ciudad de Tarija, Provincia Arce, Departamento de Tarija. Para llegar allí, se tiene que pasar por la ciudad de Padcaya, colorido núcleo urbano que descansa al pie de los cerros.

Saliendo de Padcaya por la carretera que va a Cañas o a Chaguaya, a 7 kilómetros, se dobla a la izquierda y se llega a Rosillas, la primera y mayor de las 3 comunidades que conforman el Valle de los Cóndores. Concretamente, el Valle está compuesto por las comunidades de Rosillas, San Francisco y El Carmen, unidas las tres por un camino de tierra.

Para llegar a El Carmen, la comunidad más alejada o “el fin del mundo”, se necesita aproximadamente una hora en auto si las condiciones climáticas son favorables y el camino no está muy embarrado.

Algunas distancias para ubicarse:

Tarija – Padcaya: 50 km. (asfalto)

Rosillas – Padcaya: 10 km. (asfalto)

Rosillas – San Francisco: 10 km. (tierra)

San Francisco – El Carmen: 10 km. (tierra)

EL VALLE DE LOS CÓNDORES

Ubicación

Ubicado en la provinca de Padcaya

Descripción

La denominada Cordillera del Pabellón, ubicada en el extremo sur de Bolivia, en el Municipio de Padcaya, es un piso ecológico intermedio entre el Altiplano andino y la selva sub tropical, el cual cuenta con una extensión de más de 25 kilómetros. En este hermoso lugar está el Valle de los Cóndores, un santuario natural donde se encuentra una de las colonias de cóndores más grandes del mundo. Es un lugar muy llamativo que ofrece diferentes lugares de atracción para cualquier turista que llegue al lugar tiene una vista panorámica donde se observa las montañas.

En esta región se pueden encontrar nido de condores Valle de los condores

Fuente: http://www.turismo.tarija.gob.bo/index.php/es/atractivos-turisticos/padcaya/76-el-valle-de-los-condores

Valle de los condores


































































































Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=eKRn3P5OjK8


Destinos turisticos Los cactus gigantes del Parque Natural y Área de Manejo Integrado El Cardón

CARDONALES

La reserva está ubicada a 72 kilómetros de la ciudad de Tarija. Para llegar a Curqui, se debe recorrer la nueva ruta asfaltada por la Falda La Queñua, lscayachi y El Campanario, desde allí se separa el camino a la derecha a 20 Km, subiendo la serranía de los Cardonales que lleva directamente hasta la comunidad mencionada. Desde esta comunidad, se conectan otros caminos como Cieneguillas, Chayaza, Carrizal y Palqui, el mismo que continúa hasta Ñoquera y Yunchará. En el lugar, se observan 12 variedades de cactus que en ningún otro lugar de la zona existen, entre ellos está el Cardón Verde, Cardón Amarillo, El Lorocho, Poko, El cola y Zorro, entre otros.

El Parque fue creado en 2003; al presente se encuentra en proceso de integración a la Reserva Biológica Cordillera de Sama. Está Área está ubicada entre las localidades de San Luís de Palqui y Curqui, ocupa una superficie aproximada de 30.056 ha. La principal característica de esta Área Protegida, es la dominancia de los cardones como el Trichocereus tarijensis, que conforman extensas áreas. Los paisajes son de extraordinaria belleza, es el área de amortiguación de la Reserva de la Cordillera de Sama.

El escondido reino de los cactus gigantes en Tarija

En el Parque Natural y Área de Manejo Integrado “El Cardón” ubicado, mayormente, en la comunidad de Curqui se encuentra la segunda reserva más grande de cactus de Sudamérica (Luego de México). Cerca de 25 mil hectáreas albergan 12 especies de cactus que cubren los cerros, otorgando un paisaje ocre con tintes verde oscuro, amarillo y hasta rojo.

Foto periodico El pais
Un árido camino, pasando Iscayachi antes del Campanario, conduce a una inhóspita carretera polvorienta y empedrada, le siguen unas curvas zigzagueantes y un paisaje de cerros acompañado de viento que no abandona durante todo el camino.

Pasada la hora de internarse en la carretera, se ven sombras en las puntas de los cerros, éstas parecen gigantes firmes que observan la llegada del visitante. Aparentemente están inmóviles, pero inmediatamente se multiplican, hasta que la cercanía de la vista los revela.

Se trata de cactus que desde el más pequeño hasta el más grande se extienden por todo el valle de Curqui y algunas comunidades aledañas. Estos cactus gigantes, se yerguen hasta seis metros. Algunos tienen espinas grandes, otros menudas y delgadas, algunas de éstas son blancas y parecen cabellos.

En el lugar hay una gran variedad de cardones, entre ellos: el Verde, el Amarillo, el Lorocho, Cuncu, Peluchín, Cola de cordero, Cordón blanco, Champoo, Airampu, Umotu, Inqueta, Achacalla, Quepubola y Quepupenca. Estas especies se dividen en dos tipos que son las rastreras y las columnares.

Según el corregidor de la comunidad de Curqui, Siriaco Vásquez, hay 65 familias que habitan en la zona y se dedican a la producción de zanahoria en su mayoría. Sin embargo, Vásquez explica que de los cactus se extrae la pasacana (la parte comestible de la planta) que es utilizada para realizar un licor dulce y fuerte en contenido alcohólico. “Han venido de Tarija, han juntado y han hecho un licor medio fuertecito”, explica Vásquez.

El corregidor de Curqui añade que en el lugar existen proyectos turísticos; sin embargo dice que hasta la fecha no hay una propuesta seria de las autoridades. Cuenta que aparte de los cactus, la comunidad posee restos arqueológicos en la falda del cerro.

Dentro de las comunidades contempladas en la reserva se puede hallar restos arqueológicos de la cultura Chicha-Inca. Ruinas, chulpas, terrenos de cultivos y objetos artesanales elaborados en base a cerámica se encuentran en esa zona. “Es fácil encontrar restos de ollas, vasijas y demás utensilios de antigüedad”, detalla Vásquez. Extensión de cardones

Foto periodico La Razón
La comunidad de Curqui, perteneciente al municipio de El Puente, es conocida por ser parte de la cuantiosa extensión de cactus. Sin embargo, la extensión de cardonales no se limita a esta zona ya que son tantos que abarcan las comunidades de Cóndor Huasi, Huarmachi y Cieneguillas hasta encontrarse con la carretera hacia El Puente.

OTROS DETALLES DE LA RESERVA DE EL CARDÓN

Letrero de bienvenida

Al comenzar la comunidad de Curqui un gran letrero de piedra da la bienvenida al visitante

A pesar del calor hay lagartijas En medio de los cactus viven lagartijas. Éstas prefieren evitar el calor directo durante el día y cazar en la noche

El corregidor de la comunidad de Curqui El corregidor de Curqui, Siriaco Vásquez, dice que no hay un proyecto de turismo hecho realidad en la zona

La nueva apuesta turística es Curqui, el territorio de los cactus gigantes Se instalarán albergues y se contratarán guías para conocer la fauna y la flora en la zona.

A unos 95 kilómetros de la ciudad de Tarija, centenares de gulliverescos cactus de más de diez metros, los más altos del país, adornan el paisaje. “Curqui es la tierra de los gigantes”, dice el poblador Rufino Gonzales, mientras camina entre los cardones. Esa tierra es la nueva apuesta turística del departamento.

Con sus 25 mil hectáreas es la reserva más grande de estas plantas en Bolivia, incluso en la región. Allí abundan más de 20 especies, entre rastreras, verticales y árboles enteros que exponen fauna y flora propias del lugar. “Sin duda es la reserva más grande de Sudamérica, porque hay otra en Salta, Argentina; pero en densidad y variedad Curqui es la de mayor dimensión en Sudamérica”, explica Fernando Díaz, técnico en turismo comunitario de la Gobernación de Tarija, que ha empezado a promocionar el sitio a los visitantes.

Calandrias. La zona parece una estampa extraída de las viejas películas western de Estados Unidos y México. “Aquí lo único que nos faltan son los cowboys, porque hasta calandrias (aves) tenemos”, bromea Díaz con relación al tema ranchero La Calandria, que el mexicano Pedro Infante dedicó hace décadas a una región similar en su país.Curqui —que provendría de la palabra “churqui”, un arbusto que domina el lugar— está en la provincia Méndez y para arribar hay que cruzar la

En cuesta de Sama, el cruce de Iscayachi y el Campanario, desde donde ya se avizoran los cardonales, sobre los 3.360 metros de altitud.

Díaz nació en esta localidad. Rememora que de niño jugó entre los cactus y degustó los frutos verdes que aparecen entre sus puntas. Sabe además que aquellos de color naranja y rojo no son comestibles. “Curqui es único, porque en ningún lugar del país y de Sudamérica hay tantos cactus gigantes juntos”. Estas plantas llegan a vivir hasta 200 años y, en algunos casos, florecen una vez cada 50 años, casi como ocurre con la Puya raimondi, que habita en la comunidad paceña de Comanche.

A sus 67 años, Gonzales cuenta que todavía existen algunos vecinos que preparan un exquisito licor con manzanas y cardones secos. “Unos han preparado incluso singani con la savia de los cactus”. Eso no es todo. Otros elaboran artesanías con espinas de estos imponentes habitantes, las que pueden pasar los 30 centímetros; y muchos usan los troncos de estas especies para la construcción.

Nilo Sánchez, responsable de Turismo de la Gobernación, anuncia la instalación de tres albergues en Cieniguillas, Curqui y Ñoquera, donde los turistas podrán contar con guías, habitaciones y otros servicios para conocer la zona. “Vamos a crear circuitos turísticos que permitan conocer la fauna y la flora del lugar, porque aquí hay picaflores grandes jamás vistos, además de ruinas precolombinas de los chichas y de los incas”, explica el técnico Díaz.

Otras poblaciones vecinas que también esperan beneficiarse del nuevo destino turístico tarijeño son Cieneguillas, Warmasi, Condorhuasi, Chilcayo, San Luis de Palqui y Ñoquera. “Si quiere saborear el néctar de los gigantes, venga a Curqui”, invita Gonzales, el lugareño de este confín chapaco que acoge naturaleza y buen clima para los forasteros.

¿Dónde está?

Curqui está en la provincia Méndez, a dos horas de viaje de la ciudad y forma parte del Parque Natural El Cardón, Área de Manejo Integrado.

¿Cómo llegar?

Hay que tomar el bus interprovincial Guadalupana del Mercado Campesino de Tarija, que sale domingos, martes, jueves y viernes. El pasaje vale Bs 22.

¿Dónde dormir?

En Cieniguillas, que está al ingreso, se puede contactar con los pobladores para conseguir alojamiento. Desde la Gobernación recomiendan ir un día y retornar al otro. Contactos

Los visitantes pueden contactar a la Unidad de Turismo de la Gobernación, que está en la calle Trigo 691 o llamar al 46672633.

Fuente: https://www.elpaisonline.com/index.php/noticiastarija/item/146961-el-escondido-reino-de-los-cactus-gigantes-en-tarija


Una copa de vino para 200 personas

Tomar una copa de vino en Tarija es irresistible, pero subirse a una con capacidad para 200 personas es una experiencia única, que quedará grabada en la memoria de todo visitante. Eso ofrece el Mirador de los Sueños, que se encuentra en uno de los barrios más tradicionales de esa capital, a 1.915 msnm. Se terminó de construir en julio de 2013 en homenaje al vino tarijeño y su recorrido es de 280 metros lineales, que incluye 190 gradas y ofrece una vista de 360 grados de la urbe.

Foto periodico La Razón
El balcón que se ubica en la meseta de la copa se encuentra en el barrio San Martín, al norte de la capital.

Se puede llegar en vehículos de transporte público. El costo es de Bs 2 en trufi y Bs 1,50 en los micros de las líneas B, 11 y 6.

El ingreso es gratuito y los horarios en los que se encuentra abierto y disponible al público son de 08.00 a 22.00, de lunes a domingo en horario corrido.

La fiesta para pisar uva en toneles

El Valle de Concepción, en el municipio de Uriondo, es el principal escenario de la Vendimia Chapaca, la fiesta de la cosecha de la uva. Para la ocasión (la primera semana de marzo) los productores instalan enormes toneles de madera en los que las mujeres pisan uva para fabricar el vino patero. En esas mismas fechas, la actividad se repite en la plaza principal de la capital del departamento.

Foto periodico La Razón
El Valle de Concepción está a 24 kilómetros del municipio de Uriondo y es parte de la llamada Ruta del Vino.

El pasaje hasta el lugar cuesta Bs 3 en transporte público, que se toma de la plaza principal.

Además de la producción vitivinícola, hay variedad de espectáculos artísticos.

Destinos turisticos Camino preincaico

Este relicto arqueológico, que integra a la red de caminos precoloniales, se inicia en el Abra de Calderillas. Es un camino construido por diferentes culturas indígenas (Paleo indio, Arcaico, Formativo, Cultura Tarija - Chicha y periodo Inka), desde allí se admira los paisajes que se vislumbran aguas abajo, hasta la represa de San Jacinto. El camino se encuentra empedrado, con grandes bloques de piedra de superficie plana, posee todas las características de los denominados Caminos Incaicos, con canales de desagües, plataformas y muros de protección en ambos lados del camino. (foto: Camino del Inca).

Foto periodico La razón
Un descenso a pie, de 3.700 a 1.870 msnm

El Camino del Inca en Tarija se extiende desde la comunidad de Pujzara hasta Pinos Sud. El descenso desde los 3.700 a los 1.870 msnm permite apreciar la belleza de paisajes que varían desde la puna, cabeceras de valle y finalmente los valles, con sus ríos, flora y fauna característicos de cada piso ecológico. Es un sendero milenario que forma parte de la red de caminos precolombinos.

El acceso a Pujzara se lo puede efectuar en vehículo privado o contratar servicio de transporte de agencias de viaje en Tarija.

Pujzara se encuentra ubicada en el municipio de Yunchará, distante a 90 km de Tarija. Son dos horas y media de viaje.

Más información en la calle Campero, entre calles 15 de Abril y La Madrid, a media cuadra de la Catedral de Tarija.

Es una ruta preincaica construida por los Chichas, los Incas fueron quienes los mejoraron, tienen una longitud de 20 km. empedrado une el altiplano con los valles, fue usada para el intercambio comercial, su recorrido a pie dura aproximadamente 8 horas partiendo de Pujzara pasando por calderilla donde se puede pasar la noche en un albergue para salir al otro día y terminar el recorrido en pinos sud, el camino del inca se encuentra dentro del capacñan una red de caminos internacionales que fueron usados por los incas.

Fuente: http://la-razon.com/index.php?_url=/suplementos/escape/Tarija-tierra-alegria-calor-humano_0_2763323648.html


Foto turismo.tarija.gob.





Pelea entre chiriguanos y matacos en el Chaco

Algo que de seguro quedará grabado por siempre en la retina de los visitantes es la recreación de los enfrentamientos entre matacos y chiriguanos, que se realiza en el municipio de Entre Ríos.

El primer domingo de octubre se celebra en el municipio de Entre Ríos, capital de la provincia O’Connor, la fiesta de la Virgen de Guadalupe. En esta festividad, los lugareños, vestidos de chiriguanos y matacos, se apoderan de las calles para simular enfrentamientos en los que emiten japapeos (gritos golpeándose la boca). Se realiza también una carrera de jinetes cubiertos de cuero y sachas.

Foto periodico La Razón
El poblado de Entre Ríos se ubica a 110 kilómetros de la ciudad de Tarija, sobre el camino que conduce al Chaco.

Los vehículos de transporte público parten del Mercado Campesino de Tarija y el recorrido hasta el lugar de la batalla dura entre una hora y hora y media.

Son cuatro días de fiesta, de sábado a martes. Entre Ríos tiene oferta hotelera y de alojamientos.

Destinos turisticos la feria de la Frutilla

Ubicación

Ubicado en la localidad de Tolomasa, donde los chapacos exponen una variedad de productos elaborados con fresas de mucha calidad.

La cita es en noviembre La cita es en noviembre y reúne a productores de Portillo, Yeseras, Monte Carlo y otros paraísos locales de la frutilla. Dos meses antes, en la provincia Arce, la Virgen de Chaguaya junta a los creyentes a poco más de 60 kilómetros de la capital.

El talento chapaco plasmado en rica frutilla

Foto periodico La Razón
No solo de vino se vive en Tarija, diría un dicho popular, porque lo cierto es que el talento chapaco también se mide en la producción de frutillas de alta calidad. Para ello, cada año, en noviembre, se organiza la Feria de la Frutilla en la comunidad de Tolomosita, donde se dan cita productores de las localidades de Portillo, Yeseras, Monte Centro y otras comunidades de la bella tierra andaluz. No solo de vino se vive en Tarija, diría un dicho popular, porque lo cierto es que el talento chapaco también se mide en la producción de frutillas de alta calidad. Para ello, cada año, en noviembre, se organiza la Feria de la Frutilla en la comunidad de Tolomosita, donde se dan cita productores de las localidades de Portillo, Yeseras, Monte Centro y otras comunidades de la bella tierra andaluz.

El 15 de noviembre es la fecha elegida para la organización de la feria, que es complementada con juegos tradicionales tarijeños.

Se encuentra a 20 km de distancia de la ciudad de Tarija, y se puede llegar en vehículo particular o público.

Otro principal atractivo de Tolomosita es el balneario, que los fines de semana recibe a cientos de tarijeños.

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